Porque escribir es viento fugitivo y publicar, columna arrinconada. Blas de Otero

lunes, 30 de junio de 2008

El imperio contraataca



Ayer un amigo me decía con el sarcasmo propio de los castizos que de nada les servían a los alemanes tanta fábrica, tanta industria y tanta tecnología si después eran incapaces de ganarnos una final de fútbol. Lectura muy parcial, claro, porque si a algo están acostumbrados los alemanes es a ganar finales y a doblegar las voluntades del resto de paisanajes. “Hemos venido a tomar Viena” rezaba una de las pancartas de la afición alemana en uno de los partidos de la Eurocopa. “No parar hasta conquistar” señalaba otra pancarta, en este caso de la afición española. El fútbol extrae nuestros sentimientos más primarios, a los alemanes se les viene a la cabeza la recuperación de su espacio vital y a los españoles nos devuelve la chulería y el orgullo del cristiano viejo, el ¡qué inventen ellos! de Miguel de Unamuno. Vuelven las picas y a no ponerse el sol. Aunque eso ya lo predijeron Los Nikis hace unos años.

Pedro Luna Antúnez.

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