Porque escribir es viento fugitivo y publicar, columna arrinconada. Blas de Otero

miércoles, 25 de julio de 2012

Pacto fiscal

Dice Artur Mas que gracias al Pacto Fiscal se resolverán casi todos los problemas de Cataluña. Supongo que en ese “casi” no incluirá, por ejemplo, el elevado fraude fiscal, los desahucios, el paro o unas tasas de pobreza infantil en Cataluña cercanas al 24%. El gobierno de la Generalitat es un elogio a la desfachatez y a la doble moral. Ha sido el fiel escudero del PP en la demolición controlada del Estado del bienestar. Decretos del gobierno central como el de la Reforma Laboral, los recortes en la prestación del desempleo y en el salario de los empleados públicos, la subida del IVA o la amnistía fiscal, recibieron los vítores más entusiastas desde la bancada convergente en el Congreso. Esas medidas han supuesto el empobrecimiento generalizado de la población española. También de la catalana, ya muy pauperizada desde que CiU inició su particular cruzada contra los servicios públicos en Cataluña, siendo el primer gobierno autonómico en aplicar el copago sanitario o adelgazando las ayudas a la renta mínima de inserción para los parados sin recursos económicos.

Hoy, a pocas horas de solicitar una línea de crédito al Estado, el Parlament de Catalunya ha aprobado una propuesta de pacto fiscal basada en el concierto económico para Cataluña. Es decir, en una agencia tributaria propia. No es ninguna novedad. El objetivo de una Hacienda catalana es una vieja reclamación del nacionalismo catalán sustentada en un supuesto expolio fiscal del Estado contra Cataluña. El recrudecimiento de la crisis hizo que el nacionalismo recuperase la demanda del concierto económico como cortina de humo para ocultar, y en ocasiones justificar, los recortes sociales en Cataluña. En este sentido, un lema como el de “Espanya ens roba” ha sido repetido de manera incesante por la cohorte del nacionalismo catalán formada por CiU-ERC y un tropel de nuevos partidos inspirados en el nacionalismo padano como Solidaritat Catalana per la Independencia, Reagrupament o Democracia Catalana del mediático Joan Laporta. Lo cierto es que el nacionalismo supo hegemonizar el debate social y el pacto fiscal pasó a erigirse en el eje central de discusión política en Cataluña.

Cataluña ya dispone de una propuesta para el pacto fiscal. O mejor dicho, el nacionalismo ya dispone de su propuesta. Que el pacto fiscal pueda ser una realidad en el futuro poco importa, la verdad. Desde una perspectiva social, el sistema fiscal es injusto y regresivo en España. Pero en Cataluña no sería muy diferente. Se trata únicamente de cambiar de gestores. El verdadero expolio, el que cometen las rentas altas contra la clase trabajadora, no sufrirá merma alguna porque no hay voluntad política para ello. Ni en España ni en Cataluña. Básicamente, seguiremos igual. Para finalizar, un último apunte. Cuesta creer que ICV-EUiA haya apoyado la propuesta sin la inclusión en el texto de un pacto social que apostara por la lucha contra el fraude fiscal, por una fiscalidad progresiva y por la solidaridad interterritorial. Tampoco es una novedad que la izquierda se haya dejado subsumir de nuevo por el nacionalismo de derechas.

Pedro Luna Antúnez.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Discrepo en algunos de tus comentarios.

Desde el punto de vista de la justicia social estoy de acuerdo contigo. Está claro el reparto del pastel que se está haciendo desde hace ya años, la forma injusta en que se apreta a la clase media (yo excluiría incluso el término trabajadora, pues hay muchos que deberían entrar en esta calificación y no lo hacen y otros pocos que deberían salir).

Pero una cosa no debe velar a la otra; nos basamos en un reparto o redistribución de dinero por comunidades. No se busca a un nivel local, comarcal o provicial el más desfavorecido o el que necesita más ayuda para tirar adelante. Se establece el baremo de la CCAA para reasignar dinero.

Y el hecho está claro; Cataluña, siendo la primera en aportación (según datos del 2005) es la décima en recepción. Escucha bien el dato: Siendo la que más aporta a las arcas, cuando redistribuyen la pasta, nueve comunidades le pasan por delante, recibiendo más que los que más recaudan!!! Perdón pero esto tiene un nombre y no es solidaridad.

Conoces algún otro caso a nivel mundial en que una parte de un territorio quede tan perjudicado a la hora de redistribuir los impuestos de todos? Nota que con los datos de 2005 catalunya era la primera, con los de 2010 ya es la tercera.

Es mi opinión. Siempre me he sentido federalista, pero viendo el fracaso del modelo y el monstruo en el que nos quieren convertir en toda España, mis sentimientos nacionalitas están saliendo a la luz.

Un abrazo,

Miquel

Pedro Luna Antúnez dijo...

En 2008 Zapatero publicó las balanzas fiscales y si no recuerdo mal Cataluña era la tercera en déficit fiscal después de Madrid y Baleraes. El déficit fiscal de Madrid, por ejemplo, superaba en dos puntos al de Madrid. En cualquier caso, creo que las balanzas fiscales parten de un error en el concepto porque quienes pagan impuestos son las personas y no los territorios. El déficit fiscal es entre rentas. ¿Por qué no se publica el déficit fiscal del Estado a raíz del fraude de las rentas altas?. ¿Por qué no se suprimen las SICAV?. Todo lo contrario, amnistía fiscal al canto y facilidades para que los que defraudaron al fisco en su momento puedan blanquear su dinero sin la menor traba.

La solidaridad estriba en que pague quien más tiene. Si Cataluña paga más (o mejor dicho los catalanes) es porque su renta per cápita es superior a la de la mayoría de regiones españolas. Si Extremadura paga menos es porque su renta per cápita es inferior. Es así de sencillo. Es lógico que a los extremeños no se les exija la misma aportación fiscal que a los catalanes, no porque sean más guapos o más listos, si no porque no tienen capacidad económica para ello.

Eso no quiere decir que el sistema fiscal español sea bueno. Todo lo contrario, es injusto y regresivo tal y como afirmo en mi artículo. Pero de algo estoy seguro: un sistema fiscal catalán con CiU en el gobierno sería muy similar y las rentas altas disfrutarían de los mismos privilegios a la vez que las rentas bajas soportarían la misma presión fiscal que en la actualidad. Si fuese así de poco serviría tener una agencia tributaria propia. Sería más de lo mismo. Otra cosa, Cataluña sufre grandes déficits en materia social y su población es más pobre que hace unos años. Es cierto. De hecho, la tasa de pobreza ha alcanzado en los últimos años el 12% y la infantil casi el 24%. ¿Pero acaso nos pensamos que el pacto fiscal solucionaría los problemas sociales de Cataluña como dice Artur Mas?. ¿Creemos que por ello dejarían de recortar en los servicios públicos y en el bolsillo de los funcionarios?. Yo diría que no. ¿Por qué?. Pues porque los recortes obedecen a criterios ideológicos y no fiscales.

De ICV-EUiA me ha sorprendido que haya votado a favor del pacto fiscal cuando todas sus propuestas para mejorar el texto se han caído del documento final. El pacto fiscal no contempla un pacto social como reclamaba ICV-EUiA , ni mecanismos contra el fraude, ni solidaridad interterritorial así como tampoco un sistema de fiscalidad progresiva. Aún así han firmado el acuerdo, No se entiende. Sin que sirva de precedente, diría que la posición del PSC ha sido más coherente. El texto no era el suyo y por ello prefirieron abstenerse.