Porque escribir es viento fugitivo y publicar, columna arrinconada. Blas de Otero

lunes, 27 de octubre de 2008

A la calle

Gabriel Celaya en el desván.

El pasado jueves las direcciones en Cataluña de CCOO y UGT llegaron a un acuerdo para convocar una gran manifestación en Barcelona para el próximo 5 de noviembre en defensa de la industria y el empleo. Ha llegado la hora de la movilización, posiblemente con cierto retraso pero ya es una buena señal que los sindicatos volvamos a tomar la calle. En Cataluña la situación laboral, especialmente en la industria, empieza a ser más que preocupante, empresas como Nissan, Frigo, Seat o Pirelli viven atenazadas bajo el fantasma del cierre o la presentación de expedientes de regulación de empleo. Las consecuencias podrían ser letales para el futuro del tejido industrial y productivo de Cataluña, zona históricamente de gran impulso fabril. Por ejemplo, la dirección de Nissan ha planteado un ERE para despedir a 1.680 trabajadores/as, lo que representa el 40% de la plantilla. Un auténtica barbaridad y máxime si resulta que el despido de 1.680 trabajadores/as de la Nissan conllevaría a su vez la pérdida de unos 5.000 puestos de trabajo más en las empresas filiales o proveedoras de la multinacional japonesa. Recordemos que Nissan en España ha ganado más de 300 millones de euros de beneficios en los últimos cinco añós y que el supuesto descenso de las ventas se debe en parte al desvío de la producción del modelo Nissan Navara a la factoria que la multinacional posee en Tailandia. Estamos, por lo tanto, frente a una ofensiva de la patronal por, en primer lugar, menoscabar los derechos laborales de la clase trabajadora aprovechando la coyuntura de crisis económica y financiera, y en segundo lugar, y si no se atienden sus demandas por precarizar las relaciones laborales, cargarse la industria en Cataluña hasta convertirla en un solar.

A la calle, que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo, escribió Gabriel Celaya en su día. Hoy, vuelven a retumbar esos versos con fuerza y se nos antojan más necesarios que nunca. Lastima que al día siguiente de convocar su sindicato la manifestación de Barcelona, José María Fidalgo (de nuevo él) afirmará que la crisis no se solucionaba con romerías a Lourdes, aludiendo a la convocatoria por parte de los sindicatos de posibles movilizaciones. Qué le vamos a hacer.

Pedro Luna Antúnez.

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