Recuerdo el concierto de Sonic Youth en el Primavera Sound de 2003, cuando el festival aún se celebraba en el Poble Espanyol, como uno de las actuaciones musicales más excitantes e intensas que he podido ver jamás. Pocos años después el Primavera Sound dio el salto al recinto del Fòrum y actualmente se ha consolidado como uno de los mayores festivales de música indie de Europa. Y lo ha hecho porque año tras año ha logrado atraer a Barcelona a lo más granado de la escena musical independiente. Eso es algo innegable: conseguir reunir en el festival de este año a Radiohead, PJ Harvey, Sigur Rós, LCD Soundsystem y Brian Wilson está al alcance de muy pocos festivales, y en este sentido hay que admitir la primacía del Primavera Sound como uno de los referentes absolutos en cuanto a festivales de música se refiere, posiblemente con el permiso del otro gran festival de Barcelona, el formidable festival de música electrónica Sónar.
Pero más allá de los grandes nombres del indie internacional me ha llamado la atención la presencia del grupo Los Chichos en el cartel de este año. Los Chichos es un grupo que fue una referencia ineludible en la evolución de la rumba a principios de los 70, muy especialmente en la primera etapa del grupo merced a las notables composiciones del Jero, integrante del trío musical que fue conocido popularmente como El del medio de Los Chichos. Pero a Los Chichos se le suele tratar con condescendencia, cuando no con cierta chufla, en los ambientes del publico más selecto del pop-rock independiente y se acostumbra a asociarlos con el imaginario del quinqui de la década de los 80, con las películas de “Perros callejeros” y hoy en día con el cada vez más extendido estereotipo de los canis y las chonis de los barrios de la periferia. Un estereotipo que es visto con cierta simpatía en los ambientes del hipsterismo militante pero que no está exento de una profunda frivolización de una realidad social que se desconoce y que se idealiza por un afán de postureo contracultural basado en el fondo en un clasismo barnizado de un culto vacuo y puramente estético.
¿Por qué actúan Los Chichos en el Primavera Sound? ¿Se trata de un sincero homenaje a la trayectoria musical del grupo o más bien de un guiño al moderneo? Considero que lo segundo. Y creo que consiste básicamente en la idea de unos modernitos de los barrios de clase media alta echándose unas risas y sintiéndose quinquis por un día. Ni siquiera podemos pensar en un reconocimiento al grupo cuando ha sido relegado a uno de los escenarios menores del festival muy alejado de las más rutilantes actuaciones. En realidad existe una visión elitista del posmodernismo asociada a los barrios obreros que no escapa de una estigmatización de la cotidianidad de las condiciones de vida de la clase trabajadora. En esa idea preconcebida, hay una juventud con estudios superiores, cierto bagaje cultural y generalmente de familias acomodadas que favorece, de manera consciente o no, la difusión de unos clichés socioculturales ligados al origen social y de clase del extrarradio. Es decir, se promociona una imagen de determinados barrios y de quienes viven allí orientada a ridiculizar y por extensión, a denigrar a ese sector de la población. Porque, no en vano, subyace un sentimiento de superioridad intelectual hacia aquellos que se supone viven sus días pegados a la televisión viendo telebasura y escuchando reggaeton. Y por eso creo que Los Chichos actúan este año en el Primavera Sound. Para saciar el esnobismo de los modernos.
Pedro Luna Antúnez.
Sin remedio
Hace 3 meses