El ministro de Trabajo
Jesús Caldera, en un alarde de fino estadista ha justificado el aumento del paro en 57.958 personas durante el mes de agosto a causa de las condiciones climatológicas adversas. Es la moral de la derrota o la victoria moral, algo típicamente español. "Yo envié a mis naves a pelear contra los hombres, no contra los elementos" decía Felipe II ante el fracaso de su armada invencible en Inglaterra. Como Felipe II, Jesús Caldera, de segundo apellido Sánchez-Capitán, recurre a la sempiterna mala suerte, porque ya se sabe, en agosto lluvió a a cántaros y no hubo chiringuitos en las playas, el turismo decreció y de las plazas hoteleras ni hablar, un absoluto fiasco.
El ministro pasa por alto algunas consideraciones: el paro aumentó en todas las comunidades excepto en Castilla y León y Cantabria, claro que siendo regiones tan calurosas tal circunstancia encaja con el análisis del gobierno. El paro aumentó especialmente en la construcción, un 9,65% respecto a julio y de nuevo en la industria con un 4,11%, y no sé, algo me da que aquí las condiciones climatológicas influyen bien poco y si es así en el caso de la industria hace años que padecemos un tiempo horroroso hasta el punto que deslocalizan fábricas enteras hacia paises con mejor clima como Polonia o la Republica Checa.
Las cifras son frías, es cierto. El paro se incrementó en agosto en un 2,94% respecto al mes anterior y volvemos a superar los dos millones de parados, en concreto, 2.028.296. El paro se ha duplicado respecto al mes de agosto de 2006, acuérdase ministro que también hizo mal tiempo, y el número de afiliados a la Seguridad Social disminuyó en 254.717 personas. La "marcha triunfal" del gobierno en materia de trabajo ha sufrido un duro golpe en un mes proclive a la creación de empleo y el ministro lo achaca al mal tiempo. Qué le vamos a hacer, más se perdió en las gélidas aguas del mar del Norte.
Pedro Luna Antúnez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario