La noticia saltó hace unos días: En Jaén, con un 24% de paro en la provincia, no hay temporeros suficientes para recoger la aceituna. Los mismos medios de comunicación que se hacían eco remataban sus informaciones afirmando que la situación se debía a que los jornaleros ya habían reunido las peonadas necesarias para cobrar los 426 euros del PER y que por ello se negaban a trabajar en la recogida de la aceituna. Incluso algún medio que otro iba aún más lejos al hablar de los indolentes y privilegiados jornaleros andaluces. Obviamente, la realidad no era como la pintaban los medios de comunicación. En algunos casos por desconocimiento y en otros casos por tratarse de un ejercicio periodístico de manipulación pura y descarada. Porque si hay un pueblo contra el que recaen más tópicos y mitos ese es sin duda el pueblo andaluz.
Pero vayamos por partes a modo de desmontar con datos y argumentos las informaciones de ciertos medios. En primer lugar, no es cierto que este año en Jaén haya faltado personal para la recogida de la aceituna. Sólo hay que consultar las fuentes que operan sobre el terreno. Por ejemplo, las propias organizaciones agrarias. El portavoz de la UPA de Jaén (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos) insistió el pasado 2 de enero que no faltaba personal sino que se habían producido algunos casos puntuales que obligaban al reajuste en las cuadrillas debido al retraso de la maduración de la aceituna y por acumularse la recogida en estos días. Pero aún hay más. En eldiario.es en su edición de Andalucía el mismo día se destacaba que este año Jaén iba a recoger la segunda mayor cosecha de su historia, produciendo más aceite que Italia, Portugal y Grecia juntos. En el mismo diario el consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía afirmaba que la producción de aceite en Jaén había aumentado de manera considerable respecto al año anterior y que ello se había traducido en un incremento de la contratación llegando a los 18,7 millones de jornales en toda Andalucía. Es decir, en sólo unos días se pasó del mito a la realidad, de hacernos creer que la recogida de la aceituna este año en Jaén se estaba perdiendo por falta de personal y porque los jornaleros preferían quedarse en casa cobrando el PER a constatar mediante datos oficiales que estábamos ante una de las mayores cosechas de aceite de la historia de Jaén.
Vamos al segundo mito, y aquí ya estamos hablando de uno de los tópicos más arraigados sobre Andalucía. Me refiero, claro está, a la cuestión del PER. En primer lugar, habría que decir, y esto seguramente sorprendería a más de uno, que el PER ya no existe, y que de hecho dejó de existir hace más de veinte años, en 1996 para ser exactos. Ese año el antiguo PER (Plan de Empleo Rural) pasó a llamarse PROFEA (Plan de Fomento del Empleo Agrario) siendo ésta su actual denominación. Pero aquí la confusión, y en algunos casos la manipulación van más allá, porque resulta que el PER antes y el PROFEA ahora no son subsidios ni pagas sino que se tratan de subvenciones a ayuntamientos de pueblos con un elevado desempleo para fomentar el empleo mediante obras públicas. Es decir, se suele confundir el extinto PER o el actual PROFEA con un subsidio agrario cuando resulta que son planes de empleo. Por lo tanto, no puede haber mayor desconocimiento que el afirmar que hay andaluces que viven de la paga del PER cuando el propio PER ni siquiera existe y cuando jamás fue una paga.
Y el tercer mito. Una vez aclarado el anterior punto pasemos a desmontar los “privilegios de los jornaleros andaluces que viven de la paga”. Decir que naturalmente existe un subsidio agrario, pero que obviamente no se llama PER y que es un derecho de los trabajadores del régimen agrario que se quedan en el paro, de igual manera que los trabajadores que estamos acogidos al régimen general de la seguridad social tenemos derecho a cobrar la prestación por desempleo en caso de despido. El subsidio agrario surgió para cubrir las necesidades materiales de los agricultores en paro durante un periodo no superior a seis meses cobrando actualmente 426 euros. Añadir, y esto es algo fundamental, que hoy en día el subsidio agrario apenas lo cobran unos 100.000 jornaleros en Andalucía y unos 20.000 en Extremadura y que según datos oficiales, se estima que sólo en Andalucía hay cerca de medio millón de jornaleros. Por lo tanto, el privilegio del que tanto se habla es de que hay 100.000 andaluces de un total de 8 millones, es decir el 1,2%, que cobran 426 euros durante seis meses. O lo que es lo mismo: los andaluces son unos privilegiados porque hay un 1,2% de la población que cobra la barbaridad de 426 euros al mes.
El caso es que los mitos y los tópicos, en este caso contra el pueblo andaluz, suelen funcionar y calan en ciertos sectores de la población. Y son los mismos medios de comunicación que han propiciado el avance de la extrema derecha en las últimas elecciones andaluces quienes llevan décadas cargando contra la clase trabajadora andaluza. El problema es que no sólo se trata de los medios de comunicación sino por extensión de determinados sectores políticos con la finalidad de caricaturizar a los pueblos y auspiciar el enfrentamiento entre las clases trabajadores. Esos mismos sectores políticos que por cierto están decidiendo actualmente el futuro de Andalucía desde un despacho de Madrid.
Pedro Luna Antúnez.
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