Porque escribir es viento fugitivo y publicar, columna arrinconada. Blas de Otero

jueves, 24 de enero de 2008

Prusianos y genoveses II


En plena investigación del “caso guateque”, la condesa consorte de Murillo se destapa con unas declaraciones en las que acusa a los inmigrantes de venir a España a robar porque aquí es más barato delinquir. Al mismo tiempo, Luís Armada, viceconsejero de transportes de la Comunidad de Madrid es citado para declarar ante el juez por una presunta trama de cobro de comisiones por la tramitación de licencias en el Ayuntamiento de Madrid. Luís Armada fue gerente de urbanismo del Ayuntamiento entre 1997 y 2003, siendo inhabilitado por orden judicial a raíz del cobro del denominado “coeficiente K”, impuesto con el que se grababan las nuevas edificaciones en el centro de Madrid. Por ello, el Ayuntamiento tuvo que devolver 20 millones de euros y el ínclito Luís Armada fue obligado a pagar 7.200 euros por un delito de desobediencia a la justicia.

A pesar de tal historial, Luís Armada fue repescado por la condesa consorte de Murillo, convirtiéndose así en viceconsejero de transportes de la Comunidad. A seguir robando, ya que en España es más barato hacerlo. Bien lo sabe Esperanza y su colega. ¿Y quien es su colega? Pues no se trata de ningún inmigrante peruano sino que es un señor de rancio abolengo, más rancio que otra cosa, claro. ¿Se acuerdan del golpista del 23-F, el general de división Alfonso Armada? Sí, ése, el “elefante blanco”. Pues es el tío del viceconsejero, del ladronzuelo y del inhabilitado, del amigo de la condesa consorte y del desobediente a la justicia. Si es que viene de familia. La familia Armada tiene pedigrí y hunde sus raíces en el seno de una casa señorial gallega, la del marquesado de Santa Cruz de Rivadulla, una estirpe de clérigos y militares a la que contemplan más de cuatrocientos años de buen vivir y mejor comer. Como los señores del condado de Murillo. Como la familia Pizarro y los Ruiz Gallardón, y los Utrera. Aristócratas, empresarios, golpistas, verdugos y corruptos. Ya lo dije en el escrito anterior, esta gente conserva el instinto de clase. Por eso los que roban han de ser siempre pobres. Claro que resulta torpe decirlo públicamente cuando los tuyos están siendo investigados por el juzgado de instrucción.

Pedro Luna Antúnez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Doña Esperanza se "ha retratado" en el juicio de Don Federico, planteado por Gallardón