sábado, 6 de octubre de 2007
Recursos Humanos
La perversión del lenguaje llegó hace unos años al mundo empresarial y a las relaciones laborales. Conceptos como "Recursos Humanos" o "Capital Humano" inundan las memorias y los informes de gestión de las multinacionales, extendiéndose tanto que incluso los sindicatos hemos acogido la nueva palabrería con deleite y suma facilidad, ya se sabe, hay que evolucionar y adaptarse a la nueva realidad económica y social. Los patronos parece que ya no son unos barrigudos con sombrero de copa y botines negros, ahora son muy graciosos, hasta cuentan chistes verdes en las reuniones con el Comité de Empresa. Son muy graciosos y se ríen a carcajada batiente, están a la última, juegan al Padel y les gusta la Formula 1, escuchan Supertramp y de vez en cuando leen alguna novela de Tom Clancy.
Los del festival de cine fantástico de Sitges han realizado un anuncio para la edición de 2007 cuando menos singular. Se trata de una reunión del Consejo de Administración de una empresa que pocos días antes de las fiestas navideñas decide despedir a 6 trabajadores y para que no se diga que son unos monstruos despreciables acuerdan regalar a cada uno una botella de "vino decente". Efectivamente, el vídeo muestra una realidad que se asemeja al cine de terror y visceras que pasea por el festival de Sitges. Sin embargo, el terror diario que atenaza a millones de trabajadores de este país es real y por desgracia, parece que nos estamos acostumbrando a ello cuando en la prensa las informaciones relativas a cierres de empresas o despidos no merecen mucho más espacio que una información acerca del referéndum de Ibarretexe o sobre el pique entre el caprichoso Fernando Alonso y el Hamilton ese. Por cierto, ayer, la dirección de Mercedes-Benz anunció el cierre de la fábrica que posee en Barcelona, provocando así, el despido de 420 trabajadores. Pero supongo que la noticia tendrá su justa difusión en los tabloides y en la tele, estamos en fin de semana y no es cuestión de aguarle la fiesta a nadie, que no se puede ser tan cruel e insensible, por Dios.
Pedro Luna Antúnez.
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